Víctor Manuel emociona con el viaje entre vías y minas de sus primeras canciones
Empezó en el formato musical más desnudo que podía mostrar: abrazado a su guitarra, en mitad del escenario, haciendo un recorrido por sus recuerdos. Siguió desde la intimidad acercando al público de Maquinista de Levante sus primeras canciones, acompañado al piano por su hijo, David San José, y Ovidio López a la guitarra. No le hacía falta nada más para emocionar como lo hizo.
La gira ‘Volver para cantarlo’ de Víctor Manuel llegó hasta La Unión pero con aires mineros. Así se plasmó en sus canciones, recopiladas con especial reflexión a la dura vida de unos trabajadores que perdían la vida por ganarse el jornal y que él conoce bien, porque entre ellos estaban algunos de sus familiares, vinculados a la minería de carbón en Mieres (Asturias). Su primera intervención hablada recordó de dónde procede, de cómo se ha criado al lado de las vías del tren. ‘Romería’, ‘Paraxinos’ y esa letra de “No me llores más Carmina, que esto pronto pasará” fueron sucediéndose en sus primeros temas.
Y entonces llegó ‘El abuelo Vítor’ y la historia, aquella en la que María le escondía el tabaco. Acercó la historia del protagonista de la canción, que apenas fue a la escuela porque a los 9 años comenzó a trabajar en la mina, porque “los niños pobres empezaron a trabajar muy jóvenes”, con un picaor que le maltrataba. Sin embargo, siempre estaba leyendo.
Y si la conexión con la que es una de sus canciones más afamadas con la historia de La Unión fuera poca, llegó ‘Planta 14’, creando un ambiente de entrañas, de recuerdos, de queja y réplica social de todo lo que vivieron los antepasados en esas minas. Dramatizando, con una interpretación perfecta y sentado en una silla, relataba así la vida de un modo que en la actualidad parece sonar a ciencia ficción. ‘El hijo del ferroviario’ mostró también los recuerdos de su infancia.
Víctor Manuel no dejó de lado sus grandes clásicos, como ‘Quiero abrazarte tanto’, “una canción que habla de sexo en los años 70”; ‘Ay amor’, ‘Luna’ o ‘Soy un corazón tendido al sol’. Con ‘Solo pienso en ti’ rememoró por qué ha sido una de las canciones que más alegrías le ha dado. Mencionó a Ana Belén y le cantó ‘Canción para Pilar’ o ‘Nada sabe tan dulce como su boca’, por los años en los que empezaron a rodar juntos y aún siguen haciéndolo. También estuvo presente su abuela con ‘María Coraje’ y cuando ya parecía que no podían aumentar las emociones, sonó ‘Asturias’.
El cantautor salió del escenario de Maquinista de Levante besando el suelo, con un público emocionado y en pie para aplaudir una actuación que no solo mostró la solera de uno de los artistas más destacados de la música en español desde los años 70, sino que fue una conexión inmediata con la minería a través de sus letras.
La elegancia del cante de Juan Pinilla
El cante de Juan Pinilla no necesita de melismas ni de adornos para llegar muy profundo, porque cuando el granadino se adentra en su cante, su sentir se contagia a todos los presentes. Y es que el cantaor, que se alzó con la ‘Lámpara Minera’ en 2007, siente “una emoción redoblá” cuando vuelve a La Unión, “un marco incomparable” donde según Juan Pinilla, “empezó la aventura viajera de mi vida”.
El granadino estuvo acompañado a la guitarra por David Caro, su compañero de fatigas al que conoció en el concurso de La Unión y con el que 14 años después sigue compartiendo tablas. El guitarrista es, a su vez, uno de los profesores de guitarra flamenca de los cursos que organiza el Festival Internacional del Cante de las Minas.
El maestro comenzó su repertorio con unas querencias de la tierra en las que se recordaba a ilustres figuras del Cante de las Minas como Alfonso Paredes, conocido como el ‘Niño Alfonso’, uno de los referentes de Pinilla, y Antonio Fernández. A su vez, Pinilla hizo extensible el homenaje “a la memoria de los mineros que murieron en estas minas y en todas las minas del mundo”. A continuación, el cantaor hizo un repaso por una selección de cantes de su último disco ‘Humana Raíz’ con títulos como ‘Hijos de Gades’ en la que homenajeaba a Cádiz y a todos sus hijos pródigos; ‘Casa Pavón’ en donde se ensalza la figura de la ‘Niña de los Peines’; o ‘Autorretrato’. Pinilla terminó su actuación ganándose el respeto y el cariño de los unionenses con fandango y bulerías.
Redacción y fotografía: Departamento de Prensa – Fundación Cante de las Minas