Un paseo por el cante con Anabel Castillo
Melódicos y embaucadores los Tangos-Guajira que nos regaló, llevándolos a sus tercios con maestría y provocando un dulce sabor en los labios del público asistente a la gala. Continuó con otro cante «poco escuchao», por Mariana, que Luis de Córdoba y José Menese perpetuan. Para posteriormente acabar este paseo por los Cantes de Ida y Vuelta con una Colombiana, mecida al compás de la sonanta de Francis Hernández, exquisita. A Granada viajamos a posteriori, a la Granada mora y la cristiana, por Granaina y Media Granaina, con el cante melismático en la voz limpia y potente de la cordobesa con la que volvió la solemnidad y el temple a La Puerta Falsa.
Quiso devolvernos Anabel la sonrisa, el ritmo y el compás más vivo, un ritmo que ya no nos dejó hasta el final de la noche. Primero por Tangos, aquellos que Enrique El Mellizo, Aurelio Sellés, José Salazar El Porrina de Badajoz, Pastora Pavón La Niña de los Peines, El Titi o el Piyayo popularizasen a finales del S.XIX y principios del XX. Por Fandangos fue nuestra siguiente parada antes del fin de fiesta por Bulerías. Comenzó por Lole y Manuel, porque en esta vida «Todo es de color», o debería. Siguió esa bulería eterna por Antonia Gilabert La Perla de Cádiz que apareció en la voz de Anabel con su duende gitano. Bambineó apasionadamente la Castillo con el cante del utrerano y su Procuro Olvidarte y no pudimos, ni seguimos entendiendo que pasó ni que sigue pasando con nuestro corazón, este Corazón Loco que Antonio Machín creó allá por 1969 y al que Diego El Cigala diese un toque exquisito junto a Bebo Valdés en su celebrado trabajo Lágrimas negras.
Tras el interminable aplauso del respetable regalaron Anabel Castillo y Francis Hernández un último paseo por el cante en el que volvió Machín con Un compromiso y sonaron para cerrar una bonita velada Quintero, León y Quiroga con El Óle y Antonio Amaya para que nadie, nunca nadie ose entrar en Mi vida personal. Que así sea.
¡Óle tú Anabel!