Remedios Reyes se impone en Cartagena
La Peña Flamenca de Cartagena Antonio Piñana vivió el pasado sábado uno de esas noches que dejan un dulce sabor en la memoria. La chiclanera Remedios Reyes ofreció en la ciudad portuaria un excelente recital de cante en el que mostró flamencura por arrobas y un registro vocal lleno de matices con los que jugó a lo largo de cada uno de sus cantes. Y claro, Cartago cayó rendida a ella. Porque si el flamenco es emoción, sangre, dolor o alegría, Remedios Reyes es el flamenco.
Comenzó por Cádiz, despacito y a compás, derramando por alegrías toda la sal de su tierra y mostrando ya desde el inicio que no es la hermana de Antonio Reyes, es Remedios Reyes, con mayúsculas. Junto a ella, el soniquetazo en la sonanta de Vicente Santiago y las palmas y jaleos de Juan Ramón Reyes y Tate Núñez. Cái en vena. Faltó, quizá y para mi gusto, una de esas pataitas que daba en su época de bailaora que guardó y regaló al final de la noche.
Por soleá se puso jonda Remedios. Templó la voz en el primer tercio por Alcalá, para regocijarse por Triana y Juaniquín rematando por la de Paquirri el Guanté y la grande de La Serneta. No pudo tener más gusto ni más sensibilidad en su cante. ¡Ole tú, Remedios! Se atrevió la chiclanera a honrar la memoria de Camarón de la Isla por tangos en este fin de semana que la Peña Flamenca de Cartagena recordaba al genio de San Fernando y volvió a hacerse valer delante del público cartagenero.
Taranto su siguiente parada antes de volver a encogernos por seguiriyas. Certero y profundo su lamento al cante en esta última parte de la noche. Fandangos, bendecidos desde la audiencia, y bulerías con el sello de la casa; ahora sí con su baile puro, racial y libre, para cerrar el recital en Cartagena y dejarnos con ganas de más. Anoten el nombre: Remedios Reyes.
Redacción y fotografía: Gabriel Maldonado.