Paco Montalvo entrega su alma a un abarrotado Teatro Romea
Escuchar a Paco Montalvo es hacer un bonito viaje por la historia de nuestra música. De Córdoba a Cuba pasando por México y haciendo parada en Cádiz, Sevilla o Granada. Es un paseo entre lo flamenco y lo melódico, un transitar por temas míticos que sin duda cautivan a escenarios y gentes de unas y otras partes del mundo. En la noche del viernes lo volvió a hacer. Un Teatro Romea abarrotado aclamó al violinista cordobés que ofreció lo mejor de sí mismo en la Cumbre Flamenca Murcia.
Sobrio en el fondo y forma, virtuoso en su toque y con una propuesta medida al milímetro, ese es Paco Montalvo, quien alea su violín a la guitarra flamenca, percusión y jaleos y compás ofreciendo un sonido limpio y sin duda bonito. En Murcia abrió la noche el guitarrista Jesús Gómez con Oriental con ecos de bulerías a quien se unió paulatinamente el resto de compañeros y finalmente el violín de Montalvo. El público del Romea aclamaba al joven músico que en su siguiente parada nos llevó por rumbas recordando al genio Paco de Lucía con Río ancho. Y de Algeciras a Granada por tangos para ponerse meloso a posteriori con el bolero Corazón loco que Diego el Cigala hiciese eterno en el no me nos inmenso trabajo Lágrimas negras.
Continuó por Córdoba con El Vito al que se unió el baile de María Expósito. Elegante y femenina jugueteó por las tablas del Romea encarándose a Montalvo y arrancando los oles del respetable. Tamacún y México también sonaron en la Cumbre Flamenca Murcia. Tras cruzar de nuevo el charco Miguel Santiago se hizo dueño de la noche con un solo de percusión que contó con los jaleos de Daniel Morales, hiperactivo toda la velada. Del solo de percu nació La Tarara. La sonanta de Jesús Gómez ofreció los primeros acordes de este poema mítico de García Lorca cerrándola Paco Montalvo lleno de dulzura y matices sonoros. Continuó meloso, esta vez con la Historia de un amor,de ese que dicen que no hay otro igual…
La esencia de otro genio emergió en la Cumbre Flamenca. Ofreció Paco Montalvo los tangos Rosa María de Camarón de la Isla y de nuevo el público volvió a rendirse a su arte. Se quedó un buen rato por el sur. De La Isla de San Fernando a Sevilla por bulerías y de ahí a Cádiz con La Barrosa. El baile y el gracejo de María Expósito volvieron a cautivar al Romea que aplaudió enfervorecido el vuelo de su mantón y sus desplantes y mudanzas junto a Montalvo.
Volvió a Cuba y a ese mágico trabajo Lágrimas negras, ofreciendo el tema que da nombre al disco de El Cigala con Bebo Valdés. Acercándonos al final de la noche retornó a Camarón con Volando voy uniéndose el público murciano a las palmas. Con A mi manera dio concluido su recital en la cumbre murciana aunque los aplausos del respetable le hicieron volver con Entre dos aguas. Se vació el violinista en el recuerdo al maestro de Algeciras rompiendo las cuerdas de su arco y entregándose definitivamente a Murcia.
Redacción y fotografía: Gabriel Maldonado.