Cante clásico y profundo en la Peña "El Taranto"
El pasado viernes, 18 de noviembre los socios de la Peña El Taranto tuvieron la oportunidad de disfrutar de un recital de flamenco, como hacía tiempo que no se producía. El cante estuvo a cargo de Manuel Cástulo, cantaor de Mairena del Alcor, que actuaba por primera vez en la peña y que venía avalado por sus primeros premios en los prestigiosos concursos de Mairena del Alcor y de Arte Flamenco de Córdoba.
Manuel hizo un recital completo, lleno de hondura, de compás y de conocimiento de los cantes. Empezó por soleá, largo con dominio del tiempo, acordándose de los principales estilos: Alcalá, Triana, Lebrija y Cádiz. Por tientos-tangos se recreó en las formas cantaoras de sus paisanos Antonio y Manuel Mairena y Calixto Sánchez. Como homenaje al lugar donde se encontraba, se atrevió con unos cantes de la tierra, el taranto, bien ejecutado y con buenos matices en los tonos bajos, la taranta del Frutos de Linares, que Fosforito popularizó con la letra: ”Es que ya no puedo más”, rematada con la cartagenera grande. Por cantiñas, se lució en los distintos estilos que forman estos cantes gaditanos, es decir cantiñas propiamente dichas, mirabrás, romeras y alegrías.
A continuación llegó el punto más álgido del recital, el cante por siguiriyas. Aquí Manuel estuvo muy inspirado, un estilo del Nitri, el segundo del Marrurro y el remate, una cabal de Silverio, realmente impresionante. Las bulerías por soleá que cantó Manuel son las típicas de la Alameda sevillana, algo diferentes de las que se cantan en Jerez, lógicamente la referencia cantaora siempre era la del maestro Antonio Mairena. Por fandangos, cante popular pero difícil de interpretar homenajeó a tres grandes cantaores desaparecidos, el Niño de la Calzá, El Chocolate y Camarón. El punto final lo puso con unas cantes por tonás, según comentó, es lo que se suele hacer en su pueblo.
Mención especial requiere el acompañamiento a la guitarra, que estuvo a cargo de Joselito de Pura de Chiclana, un guitarrista muy joven, aún no ha cumplido los treinta años, pero con un gran dominio de la guitarra flamenca, con gran conocimiento y con mucha flamencura en todos sus toques. Desarrolla el toque clásico, inspirado en dos grandes maestros como fueron Melchor de Marchena y Diego del Gastor.
En resumen, un gran recital de flamenco que hizo disfrutar a muchos aficionados que gustan del flamenco serio, hondo, profundo y sin efectismos, es decir el flamenco que sale directamente del corazón.