Lole Montoya y el cante pausado
Lole Montoya recibió el pasado sábado en la Cumbre Flamenca Murcia el reconocimiento como Matriarca Flamenca. La trianera se une a la terna de artistas que han inscrito su nombre en el festival flamenco de la ciudad de Murcia y entre los que se encuentran José Mercé, José Antonio, Curro Piñana y Farruquito. Tras recoger el galardón, Lole realizó el estreno absoluto en el marco de la Cumbre Flamenca su nuevo espectáculo, que será disco dentro de unos meses Inolvidable Sinatra. Temas eternos de La voz de América que lleva a su territorio, a la Lole más flamenca.
Fue la gala del sábado un bonito paseo al abrigo del jazz y el flamenco. Se convirtió el Teatro Romea en un remanso de paz que removía y evocaba otras épocas, otras latitudes. De Nueva York a Triana en un viaje sencillo, sin estridencias que, sin embargo, arrancó en Cuba. Bulerías con No me vayas a engañar de Antonio Machín fue la primera parada. Sin dejar Cuba nos ofreció Lole el bolero Pienso a ritmo de swing flamenco.
La voz de Lole se aleaba con la música dulce y elegante del cuarteto de músicos: guitarra flamenca, contrabajo, percusión y piano. Comunión de sones y matices que nos llevaban a aquellas letras inolvidables de Sinatra: Llévame a la luna, Estúpido, En tinieblas, Historia de amor, Es maravilloso amar o Liberado. Un recorrido por el mundo de las emociones que continuó evocando su pasado y haciendo grande su presente.
Los aplausos improvisados y enfervorizados de un sector del público se confundían con los primeros acordes de Nuevo día por bulerías que supuso el cambio de tercio y la vuelta de la Lole más tradicional con su cante pausado, sereno y lleno de enjundia…
El sol
joven y fuerte
ha vencido
a la luna
que se aleja
impotente
del campo de batalla
A su Nuevo día, ese que sigue amaneciendo cada mañana para todos nosotros le siguió La Mariposa, otra de las letras míticas de la trianera. Sonó a melancolía, sonó nostálgica esa mariposilla presumidilla y coqueta que nos cantó Lole. Dime fue la siguiente estación a su vera. Más emotividad en ese sector fervoroso del público que sentía estar viviendo tiempos pasados.
La Lole más flamenca nos llevó a continuación por tangos canasteros con el eco árabe de su quejío, que con el cuarteto de músicos, nos pusieron rumberos aunque cuando creíamos que gozaríamos la plenitud de su cante nos dejó definitivamente con el bis Es maravilloso amar. Bueno, aunque breve…
Redacción: Gabriel Maldonado.
Fotografía: José Miguel Cerezo Sáez.