La Doctora del cante

 Rocío Márquez y Juan Antonio Suárez Cano “Canito” presentaron la noche del lunes en La Mar de Músicas Visto en el Jueves’, el quinto disco de la cantaora onubense, publicado en 2019, basado en una recopilación de grabaciones encontradas en el célebre mercadillo de la calle Feria de la ciudad hispalense.

Paradojas de la vida, Rocío Márquez, Doctora Cum Laude por la Universidad de Sevilla con su tesis “Técnica vocal en el flamenco. Fisionomía y tipologías”, volvía a la universidad, concretamente al patio de la Facultad de Economía y Empresa de la Politécnica de Cartagena. En esta ocasión iba a defender su tesis de una manera diferente, la iba a poner en práctica, junto a Canito, ante el público cartagenero, presentando ‘Visto en el Jueves’.

La cantaora de Huelva suele imprimir a sus trabajos una gran carga conceptual, y en esta obra no dejaría de hacerlo. Si en algo destaca esta nueva generación de artistas es su interés por la investigación, e investigación hay de muchos tipos… ‘Visto en el jueves’ es un trabajo que mucho tiene que ver con el destino, con el encuentro inesperado y el descubrimiento deseado y en eso también se basa la experimentación académica. ‘Visto en el jueves’ es una cuidada selección de obras tamizadas por la creatividad de Márquez y Suárez, revestidas de la belleza musical a la que nos suelen tener acostumbrados.

El dúo comenzaba el concierto ‘llegando a la meta’ con ese recitado al más puro estilo del maestro Marchena que empieza a convertirse en sello de identidad de la cantaora onubense. Ese recitado que transita entre lo dicho y lo cantado adaptando ese crítico poema de Antonio Orihuela, que se tambalea entre las contradicciones de la vida actual, para reflexionar sobre el materialismo de la sociedad, sobre las diferencias, sobre la voracidad y la velocidad de nuestro mundo en el que no se disfruta del camino porque lo único que importa es llegar a la meta. Rocío, disfruta del camino y como es es una artista de principios así vive y así canta.

Continuaba el recital con el melodramático ‘Trago amargo’, aquel escrito por Julio Navarrine y musicado por Rafael Iriarte que sería interpretado por Carlos Gardel y que aflamencara por bulerías, nada más y nada menos que el ganador de una Llave de Oro del Cante y una Copa Pavón, concretamente el maestro Manuel Vallejo. Rocío y Canito imprimen a su versión toda la velocidad típica de las grabaciones de aquella época. El toque del barcelonés y el cante de Rocío nos llevan a los tablaos del siglo pasado, sin embargo, todo suena nuevo, mantiene la esencia de lo antiguo, pero es contemporáneo, una contradicción más que da sentido a todo.

La luz verde iluminaba la escena como metáfora visual de Andalucía, era momento de disfrutar del poema de Miguel Hernández ‘Aceituneros’, que hace unos años se convertía en himno oficial de la Diputación de Jaén. ‘Andaluces de Jaén’ ya lo grabaría Enrique Morente en su disco de 1971 ‘Homenaje Flamenco a Miguel Hernández’, aunque en España fue censurado por la Dictadura, sería incluido en la edición mexicana y posteriormente en un recopilatorio del artista publicado en España. En ‘Visto en el juevesRocío incluye una versión con la colaboración de Kiko Veneno. En directo, Rocío y Canito recogen todo el sentimiento del poema de Hernández para ‘in crescendo’ adquirir el tono épico que le otorga el beneficio de himno del pueblo. Momento para recordar…

Y de nuevo recuerdo a Morente con la serrana del maestro MatronaLa nieve por tu cara pasa diciendo / Donde yo no hago falta no me entretengo / porque la nieve donde no hace falta no se entretiene” variando así la letra incluida en ‘Una vida de imagen’ para continuar con la actualización de la taranta de Vallejo, ‘Tú la joya y yo el joyero’ con la que remata ese tema, que en este recital se acercaba más a los aires levantinos que en la versión grabada.

Era el tiempo de hacer un paréntesis en ‘Visto en el jueves’ para incluir en el espectáculo el ‘Romance de la plata’. Esa adaptación al flamenco que Christina Rosenvinge le pidió a Márquez sobre esa canción que cuenta la historia del padre de la madrileña, el ingeniero danés que renunció a su “cuna de cristal” porque se enamoró de España y del Flamenco. Una bellísima letra que Rocío lleva a su máxima expresión con la sensibilidad que ofrece en sus giros vocales.

Tras el Romance, se sentaba Márquez en su silla flamenca, tras ella Canito, como un todo, generando una escenografía elegante, atrayente, reclamando lo simple como grande. Vuelta a ‘Visto en el jueves’ con los versos del poeta y pintor de la Puebla de Cazalla, Francisco Moreno Galván con ‘Entorna la puerta’, esos que el maestro Menese interpretase por Mariana y que Márquez y Canito contemporizan, con una voz llena de musicalidad que navega sobre el toque repetitivo, casi en bucle, casi blusero. Para continuar, las rondeñas de los maestros de la Puebla de Cazalla “Empezaron los cuarenta”, que en esta ocasión ante la ausencia indeseada del percusionista de Agustín Diassera acompasaba la guitarra de Canito. De nuevo, recuerdo para la comunidad blanquiverde con “Andalucía”, otro himno del pueblo que en su momento interpretase magistralmente ‘El Turronero’ y que Rocío y Canito abandolan para abanderar, para continuar reivindicando.

En esta ocasión se invertían posiciones, era Canito el que se sentaba en la silla, Rocío se situaba detrás para deleitarnos con ‘El último organito’, el popular tango de Homero y Acho Manzi, interpretado anteriormente por Goyeneche o Serrat. Lo cierto es que siempre he pensado que hacer versiones es una de las cosas más difíciles que hay en la música, porque cuando tienes tan interiorizada alguna pieza es difícil desprenderte de ella y la versión, en pocas ocasiones alcanza tus expectativas. Rocío y Canito lo consiguen, lo hacen nuevo, logran limpiar la mente del oyente para generar nuevas melodías que toman protagonismo.

Se ponían en pie Canito y Rocío Márquez para custodiar la silla flamenca que se situaba en el centro de la escena como protagonista. Les servía en momentos como apoyo, como si de una metáfora visual se tratase. Los bellísimos acordes creados por Canito para la introducción de la versión de ‘Luz de Luna’ resonaban en el patio del CIM, esa de la que Rocío reconoce haberse inspirado en la adaptación por bulerías del Cabrero y que inevitablemente nos lleva a la gran Chavela Vargas. Una versión sublime en la que la onubense despliega toda su capacidad vocal para explorar todos los registros posibles y crear, como siempre nos tiene acostumbrados, pura belleza sonora.

De nuevo paréntesis de “Visto en el jueves” para interpretar las seguiriyas incluidas en el disco “Firmamento”. Recordábamos entonces la última vez que la de Huelva estuvo en La Mar de Músicas, concretamente en el año 2017 en el escenario del Patio del Cuartel de Artillería, junto a Proyecto Lorca, en un concierto que quedará siempre en la historia del festival cartagenero y del que tuvimos el honor de escribir en esta revista. Inolvidable. También recordábamos la última vez que escribimos en estas páginas sobre la artista onubense, hace unas semanas, sobre el concierto que ofreció en el festival flamenco de Alcobendas. Con el título de aquella crónica, “La seguiriya de Rocío Márquez”, está prácticamente todo dicho. La de Huelva nos hace agarrarnos nuestras entrañas cada vez que nos deleita con su cante por seguiriyas. Es dolor puro, pero con un quejío sensible. Es sufrimiento incesante que se quiebra en su voz. Es susurro de lamento eterno.

Llegaba el fin del espectáculo con esos cuplés por Bulerías ‘Me embrujaste’ y ‘Se nos rompió el amor’, que Rocío incluye en ‘Visto en el jueves’, acordándose de la Paquera y de Fernanda y Bernarda de Utrera. No había tiempo para más, tenía que comenzar el concierto de Jorge Drexler en el Auditorio Paco Martín, donde nos aguardaba una agradable sorpresa, y es que, el artista que en esta edición ha sido premio del festival, invitaba a Rocío al escenario grande para interpretar un par de temas de aquella mini gira que ambos compartieron llamada “Aquellos puentes sutiles”.

Comenzó la colaboración con una bella ‘Vidalita de los Puñales’ con la que recordaron al compositor Alfredo Zitarrosa, y tuvieron presente también a la genial cantaora Mayte Martín y su ya clásica: “Mi pena es más grande, vidalita / porque va por dentro / Y en ella te canto, vidalita, el dolor que siento”.

Se unía entonces al dúo el percusionista Borja Barrueta para interpretar ‘Cuando cantaba Morente’ en homenaje al maestro granadino, en uno de los grandes momentos del festival de la ciudad portuaria, “Un vuelo antiguo y preciso, como un peligro latente / un estallido silente, el eco de un fogonazo / la voz llenaba el vaso cuando cantaba Morente… Y se dormía la pena si Morente le cantaba / la misma pena candente que antes quemaba / Toda la pena del mundo con la que uno nacía / cuando dolía en Morente, ya no dolía, ya no dolía” que continuaban con un cachito de la ‘Zamba por vos’, e intercalaban con la guajira ‘La indiana Juliana’. Belleza en estado puro que servía como colofón al paso de Rocío Márquez por la vigésimo sexta edición de La Mar de Músicas.

Estamos seguros de que Rocío continuará con sus investigaciones, tanto teóricas como prácticas. Su inquietud por saber y descubrir la llevan por un camino meditado a hacer lo que siente en cada momento. Si el pasado año publicaba el álbum Omnia vincit amor junto a Enrike Solins, el próximo nos deleitará con un trabajo junto a Bronquío en el que la electrónica y las nuevas tendencias sonoras será protagonista. La doctora del cante no tiene límites…

Redacción: Onésimo Samuel Hernández Gómez.

Fotografía: José Miguel Cerezo Sáez.

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