En busca de la esencia

 El comienzo de algo nuevo siempre genera incertidumbre. Nos ocurrió a nosotros con este proyecto, Al aire y a compás, que nació hace algo más de siete años en formato blog y que ha ido creciendo a fuerza de trabajo y golpes, de errores y algún acierto, de viajar y descubrir. De disfrutar. Quizá le pudo suceder a José Enrique Morente, Kiki Morente, hijo del maestro Enrique Morente, en sus comienzos y a quien vimos por primera vez hace ¿cuatro años? en la inauguración de la peña El Malacate Flamenco de La Unión con el toque de Juan Habichuela nieto. Probablemente le haya pasado también a los miembros de la Peña Flamenca La Capa de Beas de Granada, nuestros anfitriones en la noche del pasado viernes 11 de septiembre. Ocurre día a día, en la vida y en el arte. Dudar, crecer…

Esa incertidumbre nace de la ilusión por un comienzo, de una pasión que se desboca y ello deriva en la indagación, el aprendizaje y encontrar el propio camino. Lo ha hecho, lo hizo el pasado sábado Kiki Morente junto al toque de David Carmona y la percusión de Curro Conde en Beas de Granada. El joven cantaor granaíno ofreció un recital de corte clásico en el que demostró que ya no es el hijo de, si no que está en la búsqueda de su esencia.

Parte Kiki del conocimiento y, frente a su familia, con su abuela Concha a la cabeza, su madre Aurora, su tío Montoyita Soleá, su hermana, recorre un camino que no es fácil pero al que ya le está imprimiendo su carácter. Lo hace ahondando en el cante más tradicional porque sabe que este árbol llamado flamenco nace de esa raíz que ha mamado. A su vera el toque sensible y virtuoso de David Carmona otro artista joven y con mucho camino por recorrer.

Arrancaron por alegrías, despacito, sin querer impresionar, si no buscando encontrarse. A continuación paseo por Levante, derramando la poesía de la Generación del 27, la palabra de Concha Méndez por taranto: «Quisiera tener varias sonrisas de recambio / y un vasto repertorio de maneras de expresarme / Quisiera tener varias sonrisas de recambio / O bien con la palabra o bien con la manera / para encontrar la forma de decirte que yo te amo«. Minera y agradecimientos a los de Beas.

Malagueña, acordándose de Chacón para comenzar. Se me apareció la muerte, jugando con su voz y abarcando el enorme abismo entre el susurro y el quejío aleándose con la guitarra de Carmona que adquirió protagonismo bajo un silencio sepulcral. La noche se estaba haciendo grande…

Mantuvo Kiki esa línea de cante profundo y ensimismado con una larga tanda por soleá que comenzó con la soleá de Morente, evocando a su padre, a su maestro Don Enrique Morente: «Si sufres, sufre callando y no publiques tu pena / y a la voz de un pregonero / mis carnes no las vendiera«.  Nos dejó el cantaor en buena compañía con la sonanta de David Carmona quien se esconde detrás del mástil de su guitarra y deja volar sus emociones. Hace volar las nuestras por soleá, la de su disco, Un sueño de locura. Cerrada ovación tras este momento intimista y más cante…

A la vuelta de Kiki al escenario se hizo acompañar por el toque por granaína de su tío Montoyita: «Engarzá en  oro y marfil / tú llevas una cruz al cuello / dejadme que muera en ella / y crucificarme a mí / una cruz llevas al cuello» y más recuerdo al maestro Morente con Vuelta de paseo del inolvidable OMEGA.

La noche culminó por tangos, de nuevo con la pareja de jóvenes artistas granadinos sobre las tablas: «La tienes que venerar / yo ya te he dicho que a mi mare la tienes que venerar / como a la Virgen del Carmen / que está puesta en el altar» o el Pocito inmediato, entre otras letras en las que Kiki va encontrando su camino, ese tan largo que aún le queda por recorrer pero cuyas primeras vereas se dirigen en la dirección correcta. El fin de fiesta llegó por bulerías y los sueños siguen volando: «Soy del reino de Granada / la ciudad de los gitanos / en cada rincón de la Alhambra / mi padre cantaba por tangos«.

Redacción y fotografía: Gabriel Maldonado.

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