"El Cabrero" se despide de La Unión por la puerta grande
La noche del viernes 2 de agosto de 2019 forma ya parte de la historia dorada del Festival Internacional del Cante de las Minas. Juan Domínguez Muñoz «El Cabrero» se despidió del certamen minero con un recital inolvidable en el que compartió cartel con el chipionero Samuel Serrano y tras el que recibió, de manos del alcalde de La Unión, D. Pedro López Milán, el Castillete de Oro del certamen unionense por su trayectoria.
Presentaba el de Aznalcóllar, en la gira de despedida de los escenarios, su último trabajo «Ni rienda ni jierro encima» pero a pesar de eso, «El Cabrero» no vino a La Unión «a llevárselas«, todo lo contrario, se vació en un derroche de honestidad, raza y sabiduría que el respetable reconoció poniéndose a sus pies en numerosas ocasiones. A su vera, la certera sonanta de Manuel Herrera.
Arrancó por soleá, la de su nuevo disco, «En julio mueren las flores / que crecen en las cunetas / no sé si será de miedo / que pocas veces están quietas«. A buen entendedor pocas palabras bastan. Y Juan Domínguez, que es parco en palabras, cuando las dice no duda, ni calla. Así ha sido durante su exitosa y prolongada carrera y así será hasta su último quejío. A la tierra, al campo, a esa naturaleza a la que acude diariamente con su rebaño cantó por serrana: «Amapola del río sal de la sombra / que tu eres de la cantiña / dueña y señora«, continuó homenajeando a Alberto Cortez con el poema por bulerías de José Luis Borges, «La lluvia».
Seguiriya, malagueña y rondeña fueron sus siguientes paradas antes de darle la vuelta a la Catedral del Cante por fandangos. En una enorme tanda de letras por este palo reivindicó al débil, al pobre, al pueblo, siempre bajo el yugo del poder: «Le he cantado a casi todo / lo que me ha dado que pensar / y ahora les voy a cantar / a la que nunca existió / la paloma de la paz» o «Más roja que la amapola / tienen los hombres la sangre / si algunos la tienen azul / que la tiren o la cambien / para ser como yo y tu«. Sonaron los versos de Horacio Guarani en la «Coplera del prisionero«, y con la sencillez del que ya es eterno, se despidió de La Unión con un sencillo: «Me voy porque me duele hasta el diafragma» y a un ritmo lento y pausado la voz de un revolucionario se despidió de esta tierra para siempre.
Samuel Serrano tuvo el duro envite de enfrentarse al público unionense tras el recital de «El Cabrero«, en el que la conexión entre artista y aficionados fue enorme, y lo hizo con descaro y solvencia presentando su trabajo «Un viaje a la tradición«. Con ese cante gitano que corre por cada uno de sus poros, de sus genes Agujetas, comenzó por toná, gustándose y gustando a La Unión.
Prosiguió por alegrías que dijo con energía. Y del son y la sal gaditanos, a estremecernos por soleá, con su cante con sabor añejo: «Hoy volví a los caños verdes del viajo barrio gitano / soñé que Tomás el Nitri me llevaba de la mano«. De nuevo emergió el compás junto a la guitarra de Paco León, y las palmas de Diego Montoya y Edu Gómez por tangos, volviendo a pelearse con sus adentros por seguiriya.
La sevillana del maestro Cepero «Las marismas del cielo» animaron una vez más al respetable unionense en este vaivén de sensaciones a la vera de Serrano que culminó por bulerías. En suma, gran debut del de Chipiona en La Unión, debut que bien pudo ser excelente si hubiese alargado en cantidad – y calidad, claro – su recital. Una ocasión como esta la pintan calva y no está la cosa como para dejarlas pasar.
En la noche de hoy sábado 3 de agosto, desde las 23:00h., la Catedral del Cante acogerá a una de las voces más bonitas de nuestro país, Pasión Vega, quien vuelve a La Unión presentando su último trabajo «40 QUILATES» junto a la guitarra de Diego del Morao.