Rocío Márquez y sus "Diálogos de viejos y nuevos sones" con Fahmi Alqhai en el Auditorio Nacional de Música
Rocío Márquez, Fahmi Alqhai y Agustín Diassera, cante, viola da gamba y percusión. Música antigua y flamenco unidos dieron como resultado una bella fusión basada en la osadía, el conocimiento y las ganas de salirse de lo establecido, de crear. Todo ello aleado que no agitado se pudo degustar el pasado viernes con el espectáculo Diálogos de viejos y nuevos sones en el Auditorio Nacional de Música de Madrid dentro de la programación del Ciclo Fronteras en la que el flamenco tiene una notable presencia.
Arrancó la cantaora onubense, con su voz dulce y de afinación excelsa, con cantes de ida y vuelta, Mi son que trajo la mar meciendo al Auditorio Nacional a su compás. Bambera de Santa Teresa y El cant dels ocells a son de nana las siguientes paradas en este armonioso juego entre Rocío y Fahmi con la métrica y los ritmos flamencos plasmados en la percusión de Diassera.
Nos paseó la Márquez por el Alosno, por la tierra, con la Mañana de San Juan reivindicando los orígenes y calentando las tablas del frío Auditorio Nacional. Clasicismo en estos diálogos músicoemocionales entre Rocío y Fahmi con Si dolce é`l tormento de Claudio Monteverdi, era ahora el sevillano de orígenes sirios y palestinos quien dejaba latir la melancolía de su viola da gamba.
Los Canarios, Aires de Peteneras y seguiriya, jondura y ancestros, para ir cerrando la noche, una velada en la que la voz privilegiada de Rocío Márquez se vio asediada en ocasiones por el exceso de sus compañeros de viaje. Los Angelitos negros de Machín fueron el punto y final en esta fresca y resuelta aventura que comenzó en la Iglesia de San Luis de Los Franceses en la Bienal de Sevilla y que en Madrid tuvo el pasado viernes su punto y seguido.
Redacción: Gabriel Maldonado.
Fotografía: José Miguel Cerezo Sáez.