Arranca la 28ª Cumbre Flamenca en femenino
La 28ª Cumbre Flamenca Murcia arrancó en la tarde del pasado viernes 4 de junio en femenino con el cante de Antonia Contreras y María Terremoto. Dos estilos, dos formas de ver el cante y dos modos de disfrutar del flamenco que supusieron el comienzo de una edición del evento murciano marcado por la pandemia: Arte Contra la Tormenta.
Abrió la noche Antonia Contreras. En pie y en solitario se enfrentó al público del Teatro Romea con el pregón de los Caramelos, martinete y debla, mostrándose valiente e impecable la de Málaga. Ya con el toque de Juan Ramón Caro nos llevaron por Levante recordando los días de su triunfo en La Unión en el año 2016: cartagenera, levantica y fandango minero. Una emocionada Antonia Contreras continuó por farruca, farruca a la que habría que hacerle un monumento…
«Una vida entera
quisiera estar a tu vera
y en el día que me muera
junto a ti quiero vivir«
El maestro Caro se adueñó del espacio escénico murciano con su guitarra flamenca que nos llevó por los campos andaluces evocando paisajes y escenas de otra época. Soleá, de Charamusco, en la vuelta de la Contreras a las tablas y más emoción contenida. Latimos profundos con la zambra que juntos ofrecieron con la poesía de Rosalía de Castro nacida en su espectáculo Singular femenino. ¡U N A A U T É N T I C A M A R A V I L L A!
Culminó su recital por seguiriyas: «Si supiera las lenguas que de mi murmuran / yo las cortara / las cortaría por el medio / las dejara mudas«. Remató por bulerías dejando un halo de sosiego y belleza, de elegancia y profundidad entre el público murciano.
Tras el cante sereno de Antonia Contreras llegó el turno del arrebato jerezano de María Terremoto. Soleá por bulerías para comenzar. Osada y con el debido respeto a la tierra y sus cantes nos llevó por Levante junto al toque de Nono Jero. Por tangos, los de Pepico y la Repompa o los del Columpio, regaló su esencia gitana: energía, brío y genio que mana de su casta, esa casa Terremoto que sabe y huele a gloria. Iba y venía, desplantaba en la boca del escenario y se gustaba. Gustaba a la Cumbre Flamenca Murcia.
Realizó un repaso por Cádiz y su cante por alegrías con su sal, sus cabellos y los míos (bueno, los míos no mucho, ojalá), sus bombas y sus fanfarrones. Juguetillo y parriba cargados del compás y la energía de los palmeros, pasando por Córdoba: «Pregúntale al platero qué cuanto vale / qué cuanto vale / ponerle a mis salcillos, salcillos / tus iniciales / pregúntale al platero niña«.
Por bulerías nos llevó a su tierra resonando el eco de Luis de la Pica y El Torta, los barrios de San Miguel y Santiago, el eco sagrado de la herencia. Volvió a derramar gitanería, a desbocarse y desplantarse ante una fría Murcia. ¡Qué falta hace un ole en ciertos momentos, Murcia! La noche culminó por fandangos, con ganas de más y esperando la segunda jornada de Cumbre que protagonizará el Ballet Flamenco de Lo Ferro con entradas agotadas.
Redacción: Onésimo Samuel Hernández Gómez / Gabriel Maldonado
Fotografía: Gabriel Maldonado