Alicia Morales estrena un exhuberante "La Novia de Cristal" en Granada
El flamenco granadino tuvo una importante cita el pasado sábado 9 de noviembre en el Palacio de Congresos de la ciudad de La Alhambra con el estreno del primer trabajo discográfico de Alicia Morales, «La Novia de Cristal«. Rodeada de un enorme elenco de artistas de la tierra, la cantaora ofreció un espectáculo lleno de color, matices y toda la exhuberancia y fuerza del flamenco que atesora, del flamenco de Granada.
En este viaje por la ortodoxia, comenzó con «Libres«, por temporera. Tras su arranque a los pies de la vega del Genil, la voz profunda de José Luis Ortiz Nuevo reivindicó la figura de la cantaora: «Las mujeres, las voces, las desgracias, las añoranzas, los miedos y también los pensamientos, los deseos. La voluntad de ser en la música y de ser en la música de Granada, la voluntad de ser artista y de serlo para reconocerse en las fuentes de su tierra. La grandeza, la armonía, el aprendizaje, el sentimiento, el corazón, la voluntad. Una mujer, una granaína, Alicia… Alicia Morales«. El personal «Vendiendo flores» fue la siguiente parada, y ya, la poesía y el arte volaban libres por el espacio escénico de Granada.
Malagueña junto al toque del maestro granadino Paco Cortés y Alicia Morales continuaba siendo profeta en su tierra: «Ni contigo ni sin ti» que remató vigorosa por fandangos. Unió su voz a continuación a la guitarra serena y certera de David Carmona por soleá, «Ni verte» o «Los Cañaverales«, recordando al añorado y maestro de maestros Enrique Morente: «Al cante no le molestes, tócale mu despacito como Habichuela a Morente«. El pellizco estaba dado.
El eco árabe al laud enriqueció su «Alcaicería«, fandangos del Albaicín con el toque de Antonio de la Luz, volviendo a reinar las esencias granaínas: «Lejos muy lejos de España yo me encontré a un ruiseñor, lejos muy lejos de España, en su cante me decía, quiero vivir en Granada, Granada que es la tierra mía«. El Palacio de Congresos fue una fiesta y Alicia gozaba a la vera de su gente, la que tenía frente a ella y los que la arropaban en el escenario.
Volvió el cante profundo y sentío, volvió la jondura por granaína junto al toque de Miguel Ochando, «Los aljibes«, para doctorarse con esa voz limpia, clara y potente que lanzó al aire de su tierra. El tacón contundente, la rabia, la energía medida en el baile de Iván Vargas recogió el testigo de Alicia, llevándonos juntos por alegrías. Bonito el juego entre ambos artistas, que iban y venían, se rebuscaban, se encontraban… ¡Gloria! Gloria que continuó por bulerías, y Granada disfrutando.
De nuevo la magia de la sonanta de Ochando se aleó al metal de Alicia Morales, esta vez por seguiriyas, antes de afrontar los últimos momentos del espectáculo que llegaron por zambra con todo el elenco sobre el escenario. El maestro Curro Albayzín tomó las riendas, ocupó el centro de las tablas y la energía fluyó por arrobas. Una pataita suya bastó para ganarnos. Puro Granada, cante, baile y toque a un solo son, gitanería y potencia.
La noche culminó por fiesta con la cantaora entregada y agradecida, una Alicia Morales que ahora debe continuar defendiendo su cante, su tierra y este «La Novia de Cristal» que seguro le dará grandes satisfacciones como la que se llevó el público que en buen número acudió a la llamada de una de sus hijas pródigas. Con la granadina hay cante pa´rato, y del bueno.
Redacción y fotografía: Gabriel Maldonado.