Estrella Morente llena la Catedral del Cante

Volvió Estrella Morente a las tablas de la Catedral del Cante de La Unión, tras su emotivo pregón en la inauguración del Cante de las Minas, con ganas de regalar al público que abarrotó el coliseo unionense lo mejor de su cante, de su raza, lo mejor de la Casa de Morente. Y volvió a esas benditas tablas para ofrecer un recital de corte clásico con el que deleitó a sus seguidores durante las dos horas que duró la actuación de la artista en la primera de las galas del Festival Internacional del Cante de las Minas. Tuvo la granadina un invitado de lujo, el bailaor Israel Galván quien derramó su electricidad al son de los cantes de la hija de Enrique de Granada.

 Comenzó la Morente su noche en La Unión por Cádiz, por alegrías, acompañada por el flamenquísimo toque de otro invitado de lujo, Alfredo Lagos al que se unió a posteriori Galván con su baile enérgico y vanguardista por seguiriyas en el que jugó con su braceo y sus mudanzas a compás del cante de Estrella y el toque de Alfredo. Potente este inicio. Por su tierra, por fandangos del Albaicín continuó la granadina, emocionada y entregada, su paseo por el cante clásico que nos llevó por soleá rematada por bulerías y el recuerdo a otro granadino eterno. Paseó la esencia de Carlos Cano en la voz de Estrella Morente con su Habanera imposible.

Granada es como una rosa

más bonita que ninguna.

Que florece con el sol

y se duerme con la luna.

Tientos tangos y taranta fueron las siguientes paradas para, antes de hacer un pequeño receso, ofrecernos una seguiriya, Sierra de Armenia. Nos dejó sin embargo Estrella bien acompañados. Por fiesta, por bulería, con el cante de Carbonell, Gabarre y Kiki Morente al que el público jaleó durante su intervención ¡Ole tu padre! gritaban. Brutal el solo a la percusión de Popo Gabarre acompañado magistralmente por Monti. Había tomado aire Estrella y recuperado las ganas de más flamenco la Catedral del Cante. Por bulerías con guiños a su padre, al genio de Granada, volvió la cantaora al escenario para recordar también a otro genio, a nuestra Lola, Lola Flores y su hijo Antonio Flores cante que se llevó una gran ovación del respetable.

 Recuerdos de una época pasada, de Cano, Morente y Flores, de Flores, Morente y Cano. Recuerdos y continuos guiños de Estrella a su raiz, a la nuestra, agradecidos por el público unionense en las postrimerías de la velada. Por taranto, por la letra de León Felipe que su padre recreara en vida se despidió Estrella Morente de La Unión, una despedida a la que se unió Israel Galván al baile. Tic, tac, tic, tac jalearon en el escenario ambos para buscar la oscuridad de los camerinos en un intenso paseo acompasado. Ovacionó La Unión al grupo que volvió al escenario para despedirse definitivamente, a pelo, juntos y con la estética al baile de Galván por taranto. Y con su cante, con el sabor de su bella voz nos quedamos. Huérfanos de Morente pero con un dulce sabor en nuestros labios y un legado que sigue presente. ¡Qué siga el espectáculo!