Al compás de Rozalén
Rozalén: «Estoy alucinando con todo lo que me está ocurriendo»
Con dos discos publicados, uno disco de oro y el otro en camino de serlo, María Rozalén es una de las voces del momento. La artista manchega, nacida en Letur (Albacete) hace ahora 29 años, llega al Auditorio Municipal Maestro Padilla, en una nueva parada de la gira de presentación de su último trabajo discográfico, Quién me ha visto…
La artista conecta con mucha facilidad con el público ya que derrocha simpatía. Antes había estado en dos ocasiones en Almería cuando todavía no había sacado ni un disco y ahora vuelve con mucha ilusión. La cantante asegura que «estoy alucinando y soy superafortunada de todo lo que me está ocurriendo«. No es consciente de lo que está viviendo, porque mantiene que «todo está pasando tan rápido, y no he parado un momento. No quiero pensar en donde está la clave del éxito«, explica.
«La gente me suele decir que mi música es original, es optimista, tiene mucha frescura y las letras me las valoran, aunque tengo que mejorar mucho. Hay mucho trabajo detrás y en el escenario nos lo curramos mucho. Hablo de muchas cosas en mis canciones, no solo de amor. En mi segundo disco soy bastante mas crítica. Soy muy honesta con lo que hago«, explica Rozalén.
La cantante tiene claro que en momentos de crisis se agudiza el ingenio y la creatividad. «Los tiempos de crisis son muy buenos para espabilarnos. A nivel creativo y artístico cuando uno está un poco peor es cuando se pone las pilas y se plantea si lo que está haciendo es lo correcto o hay que innovar en lo que se hace«.
Rozalén se marchó de su tierra hasta Murcia para estudiar Psicología, aunque ya cantaba desde que era muy niña. Luego estudió Musicoterapia en Madrid. En Murcia hacía sus conciertos que le daba para pagar sus cosas. Cuando terminó la carrera se vio algo perdida, y viendo que había ganado algunos concursos se marcha a Madrid. Primero grabó un disco de manera independiente y luego la llamaron todas las discográficas.
«Estoy currando mucho ahora, pero es lo que quiero, porque cuando no tengo nada que hacer me deprimo«, dice Rozalén que llega a tocar la guitarra en una iglesia. «Yo estaba en un coro en una iglesia de mi barrio, aparte estudié en un colegio de monjas. El párroco fue el que me puso también a cantar y curiosamente cantaba de espaldas al público porque me daba mucha vergüenza. Era un cura muy progre, porque me dejaba cantar canciones de cantautores«.
La intérprete tiene claro que le gusta atender a su público. «Al principio actuaba en sitios pequeños y atendía a todo el mundo, ahora es más complicado porque actúo a espacios con mucha más capacidad y es más complicado. Pero cuando apareció el disco firmé discos en toda España y llegué a agotarme. En Albacete estuve cinco horas firmando discos, pero el público es fundamental porque sin ellos no haría nada«.
Rozalén le encanta hacer conciertos en directo. «Yo soy carne de escenario y de directo. La magia del directo es muy grande, porque hay una comunicación viva, tu das un mensaje y recibes muchas cosas. Grabar un disco es muy importante en la vida de un artista, pero el calor del público es algo que nos da la vida a los artistas«.
Texto: Diego Martínez.
Fotografía: Jesús Amat.